lunes, 11 de febrero de 2013

Taranco



 
El 27 de abril de 1932 nacía en la parroquia avilesina de Villalegre José Ramón González Rodríguez, que años más tarde iba a ser conocido popularmente como Taranco. En el Avilés de posguerra, la velocidad y buen toque de balón de aquel guaje de Villalegre no pasaban desapercibidos y pronto empezó a compatibilizar el fútbol con su trabajo en Castro Maderas, la maderera situada por entonces en la margen derecha de la ría avilesina.
Su primer equipo sénior fue el Elemento de San Cristóbal, en el que empezó a despuntar como extremo izquierdo. Al poco tiempo cambió de barrio alto avilesino y firmó por el Carbayedo, clásico equipo de cantera y que por entonces nutría habitualmente al Real Avilés. Durante su estancia en el Carbayedo tuvo un breve paso por el Pelayo de Jove y a mediados de la temporada 51/52 se producía su fichaje por el Real Avilés. Su debut con el conjunto blanquiazul en 3ª división tenía lugar en Zamora el 13 de enero de 1952, con derrota avilesina por 2-1, en un partido “movido e interesante” según las crónicas de aquel día. Su debut en La Exposición se producía una semana después con victoria local sobre el Juvenil de La Coruña por 3 goles a 1, y con destacada actuación de Taranco, asistencia del tercer gol incluida, que la prensa se encargaba de ensalzar al día siguiente: “El chico tiene excelentes cualidades que no se pueden desaprovechar” comentaba La Hoja del Lunes refiriéndose al joven extremo avilesino. El 13 de abril de 1952 el Real Avilés culminaba su gran temporada proclamándose campeón del grupo primero de la Tercera División tras empatar a cero goles ante el Vetusta en La Exposición, dando de ese modo el salto a Segunda División.
La temporada 52/53 iba a ser una gran temporada, tanto para Taranco como para el Real Avilés. El bautismo del extremo avilesino en Segunda se producía en la quinta jornada en Barakaldo, donde el Real Avilés caía derrotado por 3-1 el 12 de octubre de 1952. Aquel día la alineación que presentaba el técnico Ricardo García era la formada por: Munárriz; Mantido II, Llana, Mantido I; Bermejo, Castejón; Quinín, Robledo, Mauro, Luis Sánchez y Taranco. A sus 20 años, pronto se hacía con un puesto de titular en la banda izquierda, trasladándose el extremo hasta entonces habitual, Linares, al interior derecho o incluso a la posición de volante. El 9 de noviembre en el Estadio de la Avenida de Cataluña en Tarragona llegaba el primer gol de Taranco en la división de plata del fútbol español, el Real Avilés vencía al Gimnástico por 0-2 y el extremo avilesino abría el marcador a los cuatro minutos. Los blanquiazules pronto se situaban en los puestos altos de la clasificación donde se mantendrían hasta final de temporada, gracias sobre todo a sus buenas actuaciones en La Exposición, donde solo cedían un empate en toda la temporada. Taranco por su parte colaboraba con sus goles y sus buenos centros ayudaban a que Mauro se proclamase máximo goleador del grupo I de 2ª división con 19 goles.
El buen momento realavilesino no pasaba desapercibido y los grandes clubes fijaban sus miradas en los jugadores blanquiazules, sobre todo en los más jóvenes como era el caso de Taranco. Así, antes de final de Liga, el Real Madrid se hacía con los servicios del de Villalegre por tres temporadas. A modo de prueba viajaba entre semana hasta la capital para disputar dos encuentros amistosos antes de final de temporada. Su debut con el Real Madrid se producía el 29 de enero de 1953 en un amistoso ante el Logroñés en Chamartín, el avilesino saltaba al terreno de juego después del descanso sustituyendo al extremo canario Cabrera. El 12 de febrero también se desplazaba hasta Madrid para medirse al Huesca, y por último el 7 de mayo estrenaba titularidad en la victoria madridista sobre Osasuna por 5 a 3. Desde allí viajaba directamente a Vigo donde a los 3 días, el 10 de mayo de 1953, el Real Avilés arrancaba su participación en la promoción de ascenso a 1ª división después de haber finalizado la temporada regular en tercera posición. Aquel partido de Balaídos iba a marcar para siempre la carrera deportiva de Taranco. Los blanquiazules formaban aquel día con Munárriz; Mantido II, Castejón, Mantido I; Linares, Ernesto; Riestra, Bermejo, Mauro, Luis Sánchez y Taranco. A los tres minutos de juego llegaba la jugada desgraciada del partido, en un encontronazo con un defensa vigués el bueno de Taranco se fracturaba la pierna. Lógicamente se tenía que retirar del campo y el Real Avilés se veía obligado a disputar el resto del partido con un jugador menos ya que en aquella época todavía no estaban permitidos los cambios en partidos oficiales. El encuentro finalizaba con derrota avilesina por 4 goles a 2. Para Taranco era el adiós a una liguilla que iba a dejar a los avilesinos con la miel en los labios, teniendo que conformarse con permanecer una temporada más en la segunda categoría del fútbol nacional.
La temporada 53/54, la que en principio iba a ser la del salto al Real Madrid para Taranco, se tornaba en la temporada de la recuperación de su grave lesión, y para ello iba a regresar cedido al Real Avilés. Antes de su vuelta llegaba a disputar un partido amistoso con el conjunto blanco, el 8 de octubre de 1953 el Real Madrid vencía por 5-0 al Círculo Popular de La Felguera en partido de entrenamiento y Taranco salía en la segunda mitad en sustitución de Atienza. Su vuelta a Avilés era un hecho y el 6 de diciembre ya formaba como titular en Logroño con el equipo blanquiazul. Aunque volvía a hacerse con el puesto de titular en el extremo izquierdo avilesino, lo cierto es que Taranco nunca volvió a ser el mismo de antes de la lesión. El Real Avilés finalizaba la temporada en undécima posición, salvando un año más la categoría, y Taranco regresaba a Madrid donde todavía le quedaban por delante dos años de contrato con el equipo presidido por Santiago Bernabéu.
Sin hueco en el primer equipo blanco la solución volvía a ser su salida en calidad de cedido y esta vez su destino iba a ser el Real Oviedo, recién descendido de 1ª división y con el objetivo del retorno inmediato. Además de jugar con los ovetenses volvía a hacer viajes esporádicos para participar en partidos amistosos con el Real Madrid, así el 4 de noviembre de 1954 colaboraba con un gol en la victoria de los madridistas por 4 a 2 ante el Badajoz en Chamartín y el 8 de diciembre viajaba hasta Villena para participar en el partido de homenaje a Amorós, el que sería su último partido con el Real Madrid. En el Real Oviedo no tenía continuidad y al final de temporada solo acumulaba cinco partidos y ningún gol.
Otra vez de vuelta a Madrid y nuevamente iba a salir cedido, esta vez con dirección a Almendralejo para formar parte de la plantilla del Extremadura de cara a la temporada 55/56 en 2ª división. El conjunto extremeño realizaba una buena campaña finalizando la Liga en séptima posición.
En el verano de 1956, una vez finalizada su vinculación con el Real Madrid, Taranco decidía volver a casa y firmaba por el Real Avilés, que regresaba a la división de plata después de su paso por la 3ª división la temporada anterior. Otra vez se hacía con un puesto en la zona izquierda del ataque avilesino y de nuevo volvía a ser un asistente de lujo para el centrodelantero realavilesino, en este caso el gallego Doval, que terminaba la temporada con 30 goles en su haber. El Real Avilés realizaba una gran temporada y finalizaba la Liga en séptimo lugar.

Real Avilés 57/58. Abajo, primero por la derecha, TARANCO.

La siguiente campaña, la 57/58, iba a ser la última de Taranco en el equipo avilesino, y no iba a ser brillante ni en el aspecto personal ni en el colectivo. El Real Avilés se veía obligado a jugarse la permanencia en la última jornada en su visita a Sestao y Taranco dejaba su sello personal en forma de asistencia, su centro desde la izquierda era rematado por Doval para hacer subir al marcador el 0-1 que daba la permanencia a los avilesinos en 2ª división. Aquella tarde del 1 de junio de 1958 Taranco disputaba su último partido con la camiseta realavilesina.
Antes de retirarse definitivamente firmaba por el Círculo Popular de La Felguera con el que jugaba una temporada en 3ª división antes de cerrar su carrera deportiva con solo 27 años. Una carrera que, aunque destacada, apuntaba a cotas mucho más altas y que desgraciadamente se vio lastrada por una grave lesión fruto de su compromiso por ayudar al Real Avilés en su camino hacia la Primera División.
Una vez retirado del fútbol encaminó su vida profesional al negocio que regentaba en Las Vegas (Corvera), Bodegas Taranco, del que fue cabeza visible hasta que llegada la edad de jubilación sus hijos tomaron el testigo. El 8 de febrero de 2013, José Ramón González Rodríguez, el gran Taranco, fallecía en Avilés a los 80 años de edad.

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